En una primera campaña, realizada de agosto a septiembre del 2001, en primer lugar emprendimos una limpieza delicada de la roca principal, en colaboración con el representante del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (ex INRENA).
Sector I-A: Hermogenes Figueroa Lucana limpia delicadamente al cepillo una parte de la roca. (Foto: Thierry Jamin, agosto de 2006)
La roca del Sector I-A, como ya lo indicamos, está formada principalmente por una piedra arenisca -y no de granito, como se menciona a menudo desde Cenitagoya!- bastante dura, gracias a su cápita de sílice, y un 80% de los petroglifos parecen por lo tanto en bastante buen estado. Las medidas tomadas en la parte trabajada evidencian una longitud de 27 metros sobre una altura media de 2,10 m, medida desde el nivel actual del suelo. Sabemos, sin embargo, que una parte importante de las figuras grabadas permanece sepultada. Un espléndido sol domina las figuras en el primer tercio derecho, a 4,30 m de altura. Un sol en espiral, como en su cenit, coronado con dieciocho rayos. Mucho tiempo lo consideramos como la figura más elevada del sitio. No obstante, descubrimientos recientes, que datan de agosto del 2006, nos permitieron sacar a luz nuevas figuras situadas a 5,50 m del nivel actual.
Sectores I-A e I-B (antes de su limpieza): ¿la roca ha sido preparada para los autores de Pusharo para recibir los glifos? (Foto: Thierry Jamin, agosto de 2006)
El conjunto de la pared principal parece haber sido preparado para acoger los grabados. En efecto, la erosión natural de la roca no parece explicar por sí sola la extrema regularidad de la superficie grabada. Los autores de Pusharo obviamente han nivelado la roca en varias decenas de centímetros de espesor para obtener una amplia superficie plana capaz de acoger cientos de glifos. Uno se queda en admiración por la proeza técnica que requirió este trabajo de enrase en una escala tan grande. Por una y otra parte, la superficie natural de la roca da una idea de su aspecto original.
Sector I-A (detalle): vista cercana de una de las caras más famosas de Pusharo. La perspectiva permite apreciar la forma en "U" de los grabados. (Foto: Thierry Jamin, agosto de 2006)
En 1986, Ferstl describió la técnica de realización de los grabados por los autores de Pusharo. Los glifos habrían sido elaborados por una técnica de percusión, efectuada por medio de hachas o mazos de piedra o metal, chumpi. Se habría recurrido después a una fase de abrasión, con ayuda de una piedra y de arena húmeda. Esta técnica habría prevalecido para la gran mayoría de los grabados de la pared principal. No obstante, en la parte superior, otros petroglifos, descubiertos últimamente por mi grupo, visibles solamente en ciertas condiciones de luz, habrían sido grabados de manera mucho más superficial. Se trata más de bajorrelieves, lo que atestiguaría, tal vez, una antigüedad mayor. Volveremos a estos glifos en otro capítulo.
El perfil general de los grabados es en forma de "U", con los bordes redondeados. Su anchura y su profundidad varían solamente de algunos milímetros, midiendo de 3 a 4 cm.
Por lo general, los petroglifos del Sector I-A de Pusharo se caracterizan por su estilo principalmente geométrico y abstracto. Una parte no despreciable, sin embargo, resulta constituida de motivos que podríamos calificar de figurativos. Se trata principalmente de figuras con forma de cabezas o de máscaras antropomórficas con fisonomía de hombres y de monos (motivos "figurativos abstractos"), de serpientes, de peces, de llamas, de tortuga, y de representaciones del sol. Algunos motivos, como las siluetas animales, están formados por varios elementos geométricos, mientras que otros aparecen como figuras simples.
Las figuras más sorprendentes -y aquéllas que se observan en el momento- son los distintos tipos de caras o de máscaras antropomórficas, medio humanas medio animales, provistas de características faciales, aisladas o incorporadas a otros motivos simples o complejos de carácter geométrico. El estilo de cara más frecuente y más representativo de la roca es con forma de "corazón". Evoca a la vez la cara humana y la del mono, cuyas cejas pronunciadas constituyen las dos formas convexas de la parte superior.
Principales representaciones antropomórficas del Sector I-A de Pusharo. © Thierry Jamin, 2007
A tres de estas caras las rematan líneas que parecen salir de la rajadura central situada en la parte superior de la cabeza. Algunos ven en ello una representación del cabello. Cenitagoya, por ejemplo, calificaba estas caras de "egipcias" precisamente por su raya frontal. A uno de los rostros, precisamente, lo corona una larga línea ondulante que termina por una especie de "gancho" o por una espiral. Rainer HostnigVer el sitio web de Rainer Hostnig ve en ello la “estilización de una ornamentación plumaria”.Pero veremos que no es así.
Numerosas caras están representadas de manera más simple, con ojos en forma de espiral. La línea que representa la parte superior del rostro, grabada en forma de corazón, acaba a menudo por una espiral simple, que figura los ojos. La boca entonces es representada por un simple hoyuelo o por un trazo horizontal. En lo que toca a la nariz, es figurada por un trazo vertical o también por un simple hoyuelo, cuando no está ausente de la cara.