Este Sector III es en verdad mucho menos importante que los dos precedentes.
Vista general de la tercera pared de Pusharo. Está situada frente a la pared principal, sobre la otra orilla del río Palotoa, en un abrigo bajo roca. (Foto: Thierry Jamin, agosto de 2013)
Encontramos principalmente una pequeña pared de 50 cm sobre 15 cm, orientada hacia el sureste. Los pocos petroglifos hoy observables se explican quizá por la fuerza impresionante del caudal del agua que, en este punto estrechado del río, se revela especialmente violento. Es posible que unos petroglifos, realizados antaño en la parte inferior de la roca, hayan sido destruidos por la acción del río. Con el tiempo, la fisonomía de los lugares poco a poco se modificó y solamente entonces subsistieron las figuras más altas.
Debido a la humedad importante y la omnipresencia de musgos y líquenes, resulta bien difícil localizar los motivos restantes, cuyo descubrimiento es relativamente reciente. El acceso al sitio es por lo tanto bastante complicado. Como da directamente al río, es necesario, para acceder, trepar la pared por medio de cuerdas de rápel. La superficie rocosa es bastante resbaladiza y peligrosa, habida cuenta de su inclinación.
La tercera pared. Detalle de unas de las figuras. (Foto: Thierry Jamin, agosto de 2013)
En la parte derecha de la pared, podemos distinguir, sin embargo, una alta figura rectangular de 17 cm, dentro de la cual se grabaron tres otros rectángulos. Podría tratarse de una figura espiralada.
Un motivo escalonado está representado a continuación a la izquierda de la figura anterior, luego otra figura difícilmente identificable.
A pesar de los pocos elementos disponibles, el estilo de estos petroglifos es relativamente cercano al de la pared principal. Pero su sentido sigue siendo para nosotros un misterio.