Un hecho es evidente: se entiende de la relación de Montesinos y de la de otros cronistas anteriores o contemporáneos, la idea que la lengua quechua y aymara tenían un vocabulario establecido para designar la escritura o símbolos gráficos, diferente de los quipus. Esta expresión es la palabra quechua qilca o el término aymara qellcca. Esta distinción lingüística permanece firmemente establecida. Pues habría habido en el Perú, en una época dada, dos sistemas diferentes de “lo escrito”: la qilca o qellcca y el quipu.
En la pared del Sector I-A de Pusharo, numerosos glifos parecen pertenecer a un antiguo sistema ideográfico bien definido. Aquí, estos cuatros símbolos están por lo general asociados a una idea de “agua en movimiento”. Indican la presencia de ríos, o de cascadas. © Thierry Jamin, 2007
Los símbolos ideográficos grabados en Pusharo podrían pues corresponder a uno de estos antiguos sistemas incaicos de lo escrito. La existencia de la palabra quechua qilca, como equivalente a la palabra española "escritura" queda probada por otros testimonios distintos de Montesinos, que demuestran que no era un invento o una mentira del clérigo.
Varios años antes de que se escriba su crónica, el Inca Titu Cusi Yupanqui, en su famosa "Relación" sobre los hechos de la conquista, escribió en 1560 que los Españoles "hablaban entre sí sobre trozos de tela blanca" y que en Cajamarca remitieron a Atawallpa "una carta o un libro o no sé qué, diciendo que era la 'quilca' de Dios y del Rey y que Atahuallpa la lanzó".
En otra cita de Montesinos, hemos visto que el término qilca se asocia con frecuencia a hojas vegetales sobre las cuales se dibujaban o se pintaban algunos signos. Titu Cusi utiliza este término en el mismo sentido de "hojas escritas" o de "mensajes".
Guamán Poma de Ayala, que escribe probablemente antes de Montesinos, dice que el secretario del Inca se llamaba incap simin quincoc y que los secretarios de los curacas tenían quipus de distintos colores y que se llamaban quillcacamayoc, o quillauata quipuc. En estos dos últimos casos, donde el término qillca se emplea, parece vinculado a la idea de signos escritos y a la presencia de colores o pinturas.
No existe desgraciadamente en Lima ningún ejemplar del famoso "Léxico" de Fray Domingo de Santo Tomás, publicado en Valladolid en 1560, que constituye el primer diccionario conocido del vocabulario quechua. Pero, en la "Doctrina Cristiana", publicada en Lima en 1584 por Antonio Ricardo, que fue el primer libro impreso en el Perú, se encuentra un corto repertorio de términos quechuas y aymaras del mayor interés por nuestra observación. Entre los términos aymaras mencionados aparecen los dos siguientes:
En el vocabulario del Padre Diego Gonzáles Holguín, publicado en Lima en 1808, aparece el término quellcca, seguido de unas veinte palabras derivadas. Entre aquéllas, encontramos las palabras siguientes:
En el vocabulario de Francisco del Canto, publicado en Lima en 1614, están reproducidas, de una manera abreviada, las traducciones anteriores de Gonzáles Holguín:
En el "Diccionario" de Torres Rubio de 1619 se mencionan de manera aún más simplificada:
Una ilustración bien conocida de Guamán Poma de Ayala representa a un quipucamayoc, manipulando cuerdecillas de nudos. En la parte inferior izquierda del mismo dibujo, el cronista representó una clase de ábaco constituido de veinte cuadros, formados en cuatro columnas de cinco elementos. Cada cuadro contiene una serie de pequeños círculos que van de 5 a 1. Algunos de estos círculos están vacios, otros están pintados. En la pared del Sector I-A de Pusharo, una tabla similar ha sido grabada en la roca. Pertenece al grupo de figuras que identifica, según la opinión de Thierry Jamin, la presencia de un sitio arqueológico principal en la zona norte de Mameria. Se trata de una inmensa figura ovala, dividida en cuatro columnas, que incluyen de tres o cuatro cuadros. Cada uno de los cuadros consta de una serie de puntos, cuyo valor varía de 1 a 7. En dos de estos cuadros también se esculpió un rombo. Podría tratarse de una forma de escritura, donde la combinación de los valores numéricos expresaría una idea. (Según la obra de Felipe Guamán Poma de Ayala, “Nueva crónica y buen gobierno”, ver la Bibliografía, y foto : Thierry Jamin, agosto de 2006)
No hay, por lo tanto, ninguna duda sobre el hecho de que los Indios de la época prehispánica del Perú poseían un término específico para designar signos escritos, y que este término fue más tarde utilizado, por analogía, por estos mismos Indios para nombrar la escritura española y el papel que no conocían los Incas. Eso no quiere decir que los dos sistemas de escritura eran de una misma naturaleza, sino que los Indios utilizaban en quechua la expresión lingüística más cercana para calificar este invento occidental. Podemos también concluir que el término qillca o qellcca estaba vinculado a la idea, no sólo de signos gráficos, sino también de signos coloreados o de dibujos y de pinturas.
La palabra qillca implica una idea de color. Escribir, dibujar, pintar, se expresan en efecto por un solo término. Y este mismo término se utiliza para expresar la tela, el letrero o el objeto pintado. En una palabra, el soporte de lo escrito.
Se pueden pues utilizar los términos qillca o qellcca como sinónimos de pictogramas o de escritura, en el concepto de los etnólogos modernos.
En la pared principal de Pusharo subsisten aún decenas de testimonios de esta antigua qellcca. En un cuadro comparativo, hemos aislado una cantidad no despreciable de estos símbolos ideográficos. ¿Pertenecen a la qellcca? Es posible.
No hay ejemplo a través del mundo de sociedades organizadas que habrían “inventado" un término específico -en el caso presente el de la escritura-, sin que esta palabra revista una realidad concreta.
Durante los años '20 y '30, la Escuela Francesa de Etnografía, dirigida por Marcel Mauss, fue la primera en sugerir que toda cultura fijaba por técnicas diversas su saber y sus creencias de manera permanente.
Inca Titu Cusi Yupanqui, "Relación".
Fray Domingo de Santo Tomás, "Léxicon", ver la Bibliografía.
Antonio Ricardo, "Doctrina Cristiana y Catecismo para instrucción de los Indios y de las demás personas que han ser enseñadas en nuestra sancta fé", ver la Bibliografía.
Torres Rubio, "Diccionario", ver la Bibliografía.