De vuelta de mi última campaña de investigación en Pusharo, a finales del mes de agosto del 2006, había acumulado desde estos últimos años suficientemente nuevos elementos, modificando lo que sabíamos entonces sobre los petroglifos de Pusharo, que se volvía necesario comunicar los resultados de estas investigaciones y oficializar en esa misma oportunidad la puesta al día de los petroglifos del Sector I-A y la, igualmente espectacular, de los tres primeros geoglifos amazónicos (Sector IV) nunca censados.
El Comercio, Sección, Lima, A13, el 20 de septiembre del 2006. Ver la Bibliografía.
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Como todos los proyectos de investigación organizados por mi grupo, estaban con la aprobación de las autoridades peruanas competentes, las del SERNANP de Lima y del INC de Cusco. Por esa razón, debíamos hacerles la primicia de estos descubrimientos. Así, entregué, a los unos y a los otros, el informe final de mis últimos trabajos, el 12 de septiembre del 2006. Desgraciadamente, una indiscreción filtró de uno de estos organismos y cayó, algunos días más tarde, a los oídos de la prensa nacional.
El 19 de setiembre y los días siguientes, todos los medios de comunicación del país, e incluso más allá, recuperaban la información según la cual un arqueólogo francés había puesto al día nuevos petroglifos así como los primeros geoglifos nunca descubiertos en la selva amazónica.
Pero ilustraban sus declaraciones con imágenes que no eran mías -y con razón, no las había comunicado todavía!-, ¡mostrando los petroglifos ya conocidos y descubiertos por Cenitagoya!
Perú 21, Lima, 20 de septiembre del 2006. Ver la Bibliografía.
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Algunas personas mal intencionadas, como Rainer Hostnig, gritaron al escándalo y me acusaron de impostura y de ¡reivindicar el "descubrimiento" de los petroglifos ya conocidos desde 1921!
"Estimado Señor," escribe, en particular, Hostnig en una página web , "como se le ocurre juntar la información fantasiosa y fraudulenta de un impostor y aventurero francés con los dibujos míos de la página web arriba citada.”
Los "dibujos" de que se trata, publicados mas tarde en el sitio Internet www.granpaititi.com, muestran cuánto la interpretación de Rainer Hostnig -¡ingeniero agrónomo y no arqueólogo!-, aparece como muy aproximada. En cuanto a sus provocaciones y a sus declaraciones difamatorias de bajo nivel, todo comentario me parece inútil.
Después de la oficialización de los descubrimientos de septiembre de 2006, un grupo de arqueólogos del INC-Cusco, dirigido por el director de la época, David Ugarte Vega Centeno, en el sector de Pusharo para estudiar los nuevos petroglifos y los geoglifos. Desgraciadamente, ninguno de estos arqueólogos se halló en situación de encontrar el emplazamiento de los nuevos glifos. De regreso a Cusco, desmintieron en la prensa nacional la realidad de los descubrimientos. El más simple posiblemente habría sido ponerse en contacto directamente con Thierry Jamin, el cual habría tenido mucho gusto de conducir a estos arqueólogos hasta los diferentes sitios… (La República, octubre del 2006)
Respecto a los geoglifos, era simplemente imposible, según un periodista de "La República", que existan, a causa de la naturaleza hostil y devastadora de la selva amazónica. Estos seudos especialistas hablaban sin saber.
Varias agencias de prensa recuperaron a su vez, a través del mundo, el anuncio de estos descubrimientos. Es así como se podía leer en el pórtico Internet de la agencia rusa Novosti:
"[...] el descubrimiento en la selva Amazónica de pinturas rupestres, de cuatrocientos metros de largo, que revela la ruta hacia la ciudad legendaria de Paititi..."
Se contaba definitivamente todo y cualquier cosa, lo que me llevó a redactar en mi sitio Internet un comunicado de prensa para aclarar algunas informaciones y desmentir los falsos rumores.
Pronto, un equipo de siete arqueólogos, conducido por el Director del INC-Cusco, el antropólogo David Ugarte Vega Centeno, se encaminó a su vez hacia los petroglifos. Ante los medios de comunicación encendidos, el INC deseaba comprobar la exactitud de los descubrimientos anunciados. Pero en el lugar, ¡no vieron ninguno de los nuevos petroglifos indicados en la pared "superior", como tampoco los tres geoglifos!
De regreso a Cusco, declararon estos descubrimientos inexistentes y pretendieron incluso que ni mi equipo ni yo mismo teníamos la autorización del INC para efectuar estas investigaciones. Lo que, por supuesto, era enteramente falso.
¡La confusión era total! Los medios de comunicación confundían los petroglifos del Sector I-A, descubiertos por Cenitagoya en 1921, y los del Sector I-B, encontrado por nuestro equipo en 2006. En la foto, Mario, uno de nuestros compañeros, ilumina la pared para "despertar" las figuras adormecidas. La roca que, según Rainer Hostnig, correspondía a una "parte bruta" era cubierta de hecho de decenas de figuras hasta entonces desconocidas. ¡Todo el mundo puede equivocarse! (Foto: Thierry Jamin, agosto de 2006)
Quisiera precisar que ¡a ningún momento estos responsables del INC-Cusco me contactaron para guiarlos hasta los nuevos sitios señalados!
Ante tanta mala fe, me fue no obstante fácil probar lo contrario, durante una conferencia organizada en el auditorio del Museo Inka en Cusco, el 19 de enero del 2007, mostrando públicamente los documentos oficiales de este instituto, que me autorizaban a efectuar estas investigaciones (sin excavación), así como las películas y documentos fotográficos tomados en el sitio algunos meses antes.
Pude también, con este motivo, confirmar los descubrimientos oficializados en septiembre e intercambiar algunas palabras agradables con el arqueólogo peruano Julinho Zapata que estudió los petroglifos en el 2000 para la organización COPESCO y reconoció públicamente la realidad de las puestas al día realizadas.
Los petroglifos de Pusharo son un testimonio único del pensamiento abstracto de los antiguos Peruanos: el único mapa precolombino conocido del Tawantinsuyu, la reliquia más importante jamás descubierta que demuestra la existencia de un sistema ideográfico próximo a la escritura moderna y que permite la transmisión de datos abstractos.
En 2008, las autoridades peruanas (SERNANP, INC) comenzaron a reconocer la realidad de los hallazgos oficializados en septiembre de 2006
La oficialización de los resultados de mi campaña 2006 tuvo también por resultado activar los trabajos de delimitación del sector arqueológico de Pusharo por el INC del Madre de Dios. Situados en la zona protegida del Parque Nacional del Manú, estos petroglifos constituyen un patrimonio cultural y natural de primera importancia. Su valor principal es sin duda alguna de naturaleza histórica y simbólica.
En una carta que me envió al final Alfredo Lozano, Intendente de las Áreas Naturales Protegidas, con fecha del 9 de febrero del 2007, el SERNANP "tomaba buena nota de los descubrimientos realizados por el Proyecto llevado en el sector de Pusharo, por lo que se refiere a los nuevos petroglifos de la parte superior de la pared principal descubierta por el Padre dominico Vicente de Cenitagoya en 1921".
Los petroglifos de Pusharo representan un legado cultural de los Incas o de una cultura amazónica mixta pero fuertemente influenciada por los Hijos del Sol. Dan prueba de su percepción de su universo terrestre y sobrenatural y de su gran capacidad de abstracción.
Es probable, a reserva de investigaciones más avanzadas, que Pusharo constituía un pasillo estratégico entre las regiones del Manú y las del Bajo Urubamba, mediante un sitio arqueológico importante, aún no localizado.
Pero más que el descubrimiento de este sitio, el descubrimiento de un sistema de escritura avanzado, contemporáneo a los Incas, marcaría el acontecimiento más conmovedor en la historia de la arqueología moderna. El futuro nos dirá tal vez si Pusharo era verdaderamente esta "piedra de Roseta" de la civilización de los Andes.
er particularmente las publicaciones de los 19, 20 & 21 de setiembre del 2006 de los periódicos siguientes : El Comercio, Perú 21, etc., o los comunicados de las agencias de prensa, como Terra Andina o Novosti.