Por lo que se refiere a mi recorrido, soy investigador y explorador francés y, desde mi nacimiento, estoy apasionadamente enamorado del Perú, de la riqueza de su historia, de su cultura y finalmente de su pueblo. Siempre me atrajo la historia de las civilizaciones desaparecidas de Sudamérica. Y como lo digo muy a menudo a mis amigos: "Soy Francés de sangre, Europeo en el alma, y Peruano de corazón".
Thierry Jamin, explorador francés. (Foto: Thierry Jamin, mayo de 2009)
Después de un recorrido universitario de lo más clásico en Historia & Geografía, efectuado en Tours luego en Toulouse (Francia U.E.), realicé, a partir de 1998, numerosas expediciones en la zona reservada del Parque Nacional del Manú, en busca de indicios que demostrarían la presencia permanente de los Incas en esta parte de la selva amazónica peruana.
En efecto, desde la época de la conquista, varios cronistas, como Garcilaso de La Vega o Juan Sarmiento de Gamboa, entre muchos otros, hablan de expediciones organizadas en la selva por los Incas en la época de PachakuteqNombre del noveno emperador inca del linaje histórico. Con su sucesor, fue sin duda el monarca más conquistador. Extendió considerablemente su imperio al norte y al sur. Impuso así su poder a más de quinientas tribus diferentes que adoptaron la cultura inca. y de Tupac Inca Yupanqui, su sucesor, en tiempos de la gran expansión del TawantinsuyuLiteralmente el conjunto de los cuatro suyus. Nombre que designa al Imperio inca que estaba dividido en cuatro regiones, o suyus, dispuestas en torno a la capital, Cusco.. Garcilaso, por ejemplo, menciona una expedición de diez mil guerreros, en la época de Tupac Inca Yupanqui, organizada para la conquista de esta parte del Madre de Dios hasta el país de los MojosTribu india señalada por los conquistadores y los cronistas entre el sur de Perú y el norte de Bolivia. Mucho tiempo se consideró que constituían el antiguo pueblo del Gran Paititi., al norte de la actual Bolivia. Los cronistas informan incluso que los Incas construyeron dos ciudadelas para proteger las nuevas fronteras de su territorio. Pero se olvidan de precisar su localización.
Por otra parte, varias tradiciones locales afirman que en esta misma región de los cerros del Pantiacolla, los Incas habrían edificado una gran ciudad, más o menos secreta, no lejos de minas de oro fabulosas: la mítica ciudad perdida de PaititiNombre de la más famosa de las ciudades perdidas incas. Su existencia es todavía hoy objeto de polémicas. Los Incas habrían disimulado allí una parte importante de su oro después del asesinato de Atawallpa. Objeto de todas las codicias desde los tiempos coloniales, la mayoría de los buscadores modernos de Paititi sólo buscan la ciudad para descubrir sus supuestos tesoros. Pero es en primer lugar un tesoro arqueológico inestimable que conviene salvar de la codicia de los huaqueros. Es uno de los futuros grandes patrimonios nacionales de Perú y de la Humanidad..
Desgraciadamente, el tema de Paititi es aún hoy en día la fuente de muchas críticas y polémicas. La búsqueda de esta ciudad perdida es en efecto muchas veces sinónima de búsqueda de tesoro. La leyenda narra que sería en este territorio de la MesetaLlanura poblada de árboles. de Pantiacolla donde se habría escondido una parte importante del fabuloso tesoro de Atawallpa, escoltado por la Coya, su esposa, después del anuncio de su asesinato por los Españoles. Se habría sustraído así toneladas de objetos preciosos a la codicia de los conquistadores. Auténtica o no, esta historia es desde siempre el gran drama de Paititi. Ya que una gran mayoría de los que buscan esta ciudad desde la época colonial, quiere a toda costa encontrarla por su oro. Ese oro maldito por el cual miles de vidas fueron sacrificadas.
Pero si Paititi existe realmente, ¡constituye sobre todo un gran tesoro... arqueológico! Es un patrimonio nacional peruano sin equivalente, pero es también y sobre todo un gran Patrimonio Mundial de la Humanidad. Si se encuentra un día esta ciudad perdida, ¿cuántos elementos vinculados a la historia olvidada del Tawantinsuyu se podrán descubrir? Por ejemplo, el descubrimiento de Paititi nos confirmará tal vez la existencia de una antigua escritura, que se habría salvado de la locura de los conquistadores: se trata de la qellcca, la famosa "escritura perdida" de los Incas. ¡Tal puesta al día valdría entonces todo el oro de Paititi! Ya que descubrir una escritura, es encontrar la historia de un pueblo y devolverle la palabra.
Como lo veremos, el sitio de Pusharo contiene numerosos signos que podrían pertenecer a un antiguo sistema alfabético ideográfico, de origen inca o pre inca.
Al principio de mis investigaciones en esta región alejada del sureste del Perú, no era en realidad ni para estudiar los petroglifosSignos grabados en la piedra. ni para probar la existencia de Paititi. Mi atención se había concentrado en un sector del Madre de Dios situado a ocho kilómetros al sur de los petroglifos. Aquí se yergue, al pie de la Sierra Baja del Pantiacolla -una palabra que significa en el idioma quechuaPoblación de la sierra peruana que formaba el núcleo étnico y lingüístico del Imperio inca. “lugar donde se extravía la princesa"!-, un sitio muy extraño: largo de 4 kilómetros, tiene la forma general de un anfiteatro romano y alberga dos series de formaciones piramidales muy misteriosas. Unas veinte en total. Los Nativos de esta región, los MachiguengasTribu india hospitalaria del Madre de Dios que habita la región del Pantiacolla., dieron a este sitio el nombre de ParatoariNombre machiguenga que designa el sitio de las pirámides, al pie de la Sierra Baja del Pantiacolla. De origen natural, demostramos, durante nuestras diversas expediciones en ese sector, el interés de los Incas por este lugar.. Cuentan que se trata de un lugar sagrado de los antiguos habitantes de la región: los Incas. Estas "pirámides" fueron localizadas por casualidad en mayo de 1976, gracias al estudio de las fotos satélite. Durante cerca de unos veinte años, las especulaciones fueron a buen ritmo al respecto: ciudad egipcia o atlante, base extraterrestre (!), etc. Nadie en realidad estaba en condiciones de explicar la presencia por lo menos extraña de estas formaciones.
A partir de 1998, organizo diversas expediciones en la zona de las "pirámides" con el fin de penetrar su secreto y establecer si habían sido hechas por el hombre. Es así como determinamos, en agosto del 2001, el origen natural de estas curiosas formaciones. Pero al mismo tiempo descubrimos numerosos indicios de la presencia de los Incas en el mismo sector. De esta manera sacamos a luz un material arqueológico abundante en el perímetro inmediato del Paratoari: hachas de uso militar y herramientas agrícolas, como unas Q' asunas, morteros, etc.
Año tras año, descubrimos, en particular en el sector norte de las "pirámides", dentro de un cañón, o pongo -el de río Negro-, varias "piedras cansadas", un socavón o subterráneo, así como un muy extraño "estanque" de origen natural pero obviamente enteramente acondicionado por el hombre.
Pronto, adquiero la certeza de la existencia, cerca de las "pirámides" de Paratoari, de una ciudad inca importante de tipo militar y/o mágico-religioso, vinculada al culto de las "pirámides-apus" y que defendían el acceso hacia el territorio del Gran Paititi, situado al noroeste, más allá de la sierra.
Thierry Jamin - Pierre-Albert Ruquier - “L’Eldorado inca. A la recherche de Païtiti”, ver la bibliografia
Es así, una especie de lógica interna, como me interesé naturalmente por la leyenda de Paititi. Los lectores interesados por estas investigaciones encontrarán el relato detallado de mis dies años de expediciones en mi libro titulado "L' Eldorado inca. A la recherche de Païtiti", escrito en 2006 en colaboración con mi amigo Pierre-Albert Ruquier.
En la misma época, me enteré de la existencia de un lugar de misteriosos petroglifosSignos grabados en la piedra. , situados a algunos kilómetros más al norte: los petroglifos de Pusharo. Estaba lejos en aquel entonces de imaginar su importancia. Estamos en el 2001.
Este sitio Internet es un poco la versión numérica de mi estudio dedicado a los petroglifos de Pusharo, publicado en Lima en noviembre de 2007, bajo el título: "Pusharo, la memoria recobrada de los Incas". Viene en complemento del libro y propone informaciones y documentos inéditos.
Espero que esta página web contribuya tan modestamente a un mejor conocimiento del patrimonio rupestre peruano y permita sobre todo darse cuenta del valor arqueológico inmenso de Pusharo.
Es un gran patrimonio iconográfico, histórico y arqueológico de Perú y es también un patrimonio inmenso de la humanidad. Un mensaje que nos viene del pasado de una civilización brillante, hoy desaparecida…
Thierry Jamin, Pierre-Albert Ruquier, “L’Eldorado inca. A la recherche de Païtiti”, éd. Hugo & Cie, Paris, novembre 2006.
Thierry Jamin, “Pusharo, la memoria recobrada de los Incas”, Lima, noviembre de 2007.